lunes, 23 de mayo de 2011

PEQUEÑECES - I

Los plenos de nuestro

Ayuntamiento

Ya sé que alguno me reprochará de que me ocupo de pequeñeces  con tantos importantes asuntos que permanecen sin resolver. Pero le haré la observación de siempre: las grandes cosas dependen de cuestiones de procedimiento, de detalles “sin importancia”, hasta de un rasgo de caligrafía ilegible, que rompen la información, y por ende la comprensión del fondo del asunto.Gorila con micro

Un asunto muy importante: la información, la comunicación, la participación de los gobernados en la política municipal. Una pequeñez: el uso del sistema de sonido del salón de plenos del Ayuntamiento.

Dirán que me repito, y quizás influya un poco una cierta privación auditiva del que escribe que, de todos modos, no es invalidante. Pero nuestra alcaldesa saliente, y nuestros concejales, unos salientes y otros no, no tienen una idea completa de cómo se usa un micrófono y un sistema de megafonía. Salvo a los que mejor lo han hecho hasta ahora: Jerónimo Hernández y, a veces, Pedro González. Los demás han estado hablando para sus vecinos de mesa, sin considerar que los ciudadanos sentados en el espacio público tienen todo el derecho a escuchar claramente lo que se dice en el Pleno.

Otra. Cuando personas del público, o delegados de asociaciones, tengan que leer sus ruegos, o preguntas, se les debe ofrecer un micrófono en aras de una igualdad totalmente legítima.

Por lo menos, algo de momento no va a volver a suceder: que la alcaldesa, con toda su exquisita educación, hable tan bajito, y entre dientes, que no se la escuche y, por añadidura. aleje el micro cuando habla y se lo acerque cuando escucha. ¡Por favor! es que no hay nadie en el Ayuntamiento que enseñe a los ediles a usar sus herramientas.

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1 comentario:

  1. A veces, en los plenos, el público se ha quejado porque el volumen de la amplificación era insuficiente para entender a los ediles. Normalmente a estos les daba igual. Incluso una vez yo estuve presente cuando la alcaldesa hizo callar al público por ese motivo y no subieron el volumen, para indignación de los presentes.
    Un primer paso para mejorar la transparencia sería comprobar que lo que dicen los concejales se escucha correctamente en la sala, y si no es así, corregir el volumen o la posición del micrófono antes de continuar.

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