jueves, 31 de marzo de 2011

“El Campesino”

Tu me quitas una estatua,

yo te borro una calle,

ese otro repone una cruz,

el de más allá suprime un retrato…

 

He leído, así, de pasada, que un partido de Colmenarejo ha presentado una propuesta para que la calle del Campesino (¿o de El Campesino, que no es lo mismo?) sea cambiada de nombre.
No sé si la propuesta se ampara en la Ley de Memoria Histórica, o está respaldada por otras razones. También ignoro en que estado se encuentra la gestión del mencionado posible cambio.
Primero habría que ver cuál es la denominación oficial. Si la calle es “del Campesino”, no veo la razón por la que tenga que ser eliminado el nombre. Bastantes sacrificios y penurias pasan, y más, han pasado los campesinos para que no merezcan una calle, humilde calle, entre la iglesia y la casa del cura, para más merecimientos.
Pero he aquí que hubo un militar “rojo” (sí, entre comillas) que vivió, según dice alguna crónica, en la casa del cura. Si señor, “El Campesino”, que luchó, entre otras batallas, en la de Brunete.
En este último caso, podríamos aplicar la Ley de Memoria Histórica, eso sí, con el compromiso de quitar los “queipos de llano”, los ”generalísimos”, “los josé antonios”, y batallas de tal y cual. Que todavía quedan muchos por esos pueblos y ciudades.
Mi propuesta sería que, para no desbaratar el callejero, la mencionada calle continuara como está, y siguiera llamándose claramente “Calle del Campesino”.
Con una sonrisa: ¿Pilláis?

miércoles, 23 de marzo de 2011

Hay que sanear, hay que sanear…

Qué hay que hacer, y cuándo hay que hacerlo

IMG_0065

Está bien, no sólo hay que sanear las fachadas, también hay que organizar y limpiar las ideas, los programas, los debates y las intervenciones efectivas.
En este pueblo, como en tantos otros, hay muchas cosas por hacer. No se puede negar, y no se niega, lo positivo que se haya realizado. Pero todo es susceptible de perfección y, ahora, por otra parte, existen nuevas acciones que podrían emprenderse, y que deberían incluirse en los programas de los partidos que optarán a ocupar un lugar en el consistorio.
Urge, por lo tanto, señalar y jerarquizar lo que nos falta y dibujar los caminos del progreso para Colmenarejo. Sin duda alguna, la lista de posibilidades va a ser muy larga. Por ello, no conviene en absoluto arrugarse, refugiarse calificando el futuro imaginado como utópico, ni dejar para después el señalamiento de los objetivos deseables.
Hacen falta tiempo y ganas. Nada de pintorescas  mociones sobre asuntos que no atañen directamente a nuestra villa, o son de corte internacionalista. Para que no suban las tarifas eléctricas, para lograr la dignidad de la mujer, para la actualización de las pensiones hay otras instancias, en las que participan todos los partidos políticos, cuyos programas ya han sido votados por sus electores.
En consecuencia, nuestro Ayuntamiento, los ediles que trabajan en su pleno tienen que dedicarse a lo nuestro que, como ya hemos dicho, es mucho y para lo que se necesita todo el tiempo. La solidaridad con los saharauis, o el bloqueo de Gaza, o las matanzas de focas, u otros intereses políticos no son asuntos nuestros como colectividad, aunque seguro que nos puedan preocupar individualmente.

lunes, 21 de marzo de 2011

Los que fueron propietarios de Colmenarejo…

¿El buey es de donde nace o de donde pace?

FUJI (593)

¡Qué pregunta más tonta, eh! Al menos que si consideramos que la respuesta habitual viene resultando ya tan obvia.
Pero no opinan lo mismo algunos de los que pacen en Colmenarejo (8.000 habitantes) un pueblo situado en la sierra noroeste de la provincia de Madrid.
Sobre todo cuando se acercan unas elecciones municipales ciertos elementos del pueblo se dedican a propagar la idea de que los candidatos residentes en Colmenarejo tienen merecimientos de categoría inferior a los nacidos aquí.
El retorcimiento abstruso y lugareño de estos propagandistas de segunda fila olvida algunos hechos reales al alcance de cualquier inteligencia.
Basta con hacerse alguna otra pregunta: ¿Con la venta de las tierras, casas, prados, colmenares  y dehesas para la construcción de pisos y chalets, no se cedió su plena propiedad y dominio? ¿Quién se lucró con las plusvalías generadas por aquellos bienes? ¿Son habitantes de pleno derecho los que viven en las nuevas construcciones? ¿Tienen derecho a regir el Ayuntamiento los que son mayoría, sean de cualesquiera partido o agrupación electoral?
Las contestaciones vienen de un razonamiento elemental. Vendieron sus solares, vendieron parte de su derecho. El derecho de nacencia (inventillo nacido de la mezquindad e ignorancia política)  no tiene base alguna para reclamar la administración del pueblo que ya, en gran parte, no es suyo. Los nuevos, incluso los que hace muy poco tiempo que se ha empadronado, también votarán, hombro con hombro con los nacidos, y conferirán una autoridad municipal para todos.